AMALIA
CAPÍTULO
PRIMERO
TRAICIÓN
El 14 de mayo de 1840, a las diez y media de
la noche, seis hombres atravesaban el
patio de la casa de la calle de
Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires. Llegados al Zaguán, uno de ellos se
detiene, y dice a los otros: ----- Todavía una precaución más. ----- y de este
modo no acabaremos de tomar
precauciones toda la noche----- contesta
el más joven de todos, y de cuya cintura
pendía una larga espada, medio cubierta por los pliegues de una capa de paño azul que colgaba de sus
hombros.
----Por muchas que tomemos, serán siempre pocas -----replica el primero que había
hablado----. Es necesario que nos salgamos todos a la vez. Somos seis.
Saldremos primeramente tres, tomaremos la acera de enfrente; un momento después saldrán los tres restantes, seguirán esta
acera, y nuestro punto de reunión será
la calle de Balcarce, donde cruza con la que llevamos. ----Bien pensado. ----
Sea, yo saldré delante con Merlo y con el señor----dijo el joven de la espada a
la cintura, señalando al que acababa de hacer la indicación.(…)
Los tres hombres que quedaban salieron dos minutos después, y (…) tomaron la misma
dirección que aquellos, por la acera
prefijada. (…) Llegados a la calle de
Balcarce: ----Aquí debemos esperar a los demás ----dijo Merlo. ----¿Está usted seguro del paraje de la costa en que
habremos de encontrar la ballenera?---preguntóle el joven. ----Muy
seguro----Contestó Merlo----. Yo me he comprometido a ponerlos a ustedes en
ella, y sabré cumplir mi palabra, como han cumplido ustedes la suya, dándome el
dinero convenido, no para mí; porque yo
soy tan buen patriota como cualquier
otro, sino para pagar a los hombres que los han de conducir a la otra banda ¡ y
ya verán ustedes qué hombres son!
La noche estaba
apacible, alumbrada por el tenue rayo de las estrellas, y una fresca brisa del
sur empezaba a dar anuncio de los
próximos fríos del invierno. (…)
Pero aquellos que
hayan llegado a ese paraje, entre las sombras de la noche, para huir de la
patria cuando el desenfreno de la dictadura arrojó a la proscripción a
centenares de buenos ciudadanos, esos solamente
podrán darse cuenta de las
impresiones que inspiraba ese lugar , y en esas horas, en que se debía morir al
puñal de la Mazorca si eran notados; o
decir adiós a la patria, a la familia,
al amor, si la fortuna les hacía
pisar el débil barco que debía
conducirlos a tierra extraña, en busca de un poco de aire libre, y de un fusil
en los ejércitos que operaban contra la dictadura.
Aquél que iba delante
de todos, era Juan Merlo, hombre de vulgo, de ese vulgo de Buenos Aires que se hermana con la civilización (…).
Merlo, como se sabe, era el conductor de
los demás. A pocos pasos seguíale el coronel don Francisco Lynch, (…) hombre de
la más culta y escogida sociedad, y de hermosura remarcable.
En pos de él caminaba
el joven Eduardo Belgrano, pariente del antiguo general de ese nombre, y poseedor de cuantiosos
bienes que había heredado de sus padres; corazón valiente y generoso, e
inteligencia privilegiada por Dios y enriquecida por el estudio.(…)
En seguida de él
marchaban Olidén, Riglos y Maisson, argentinos todos. En este orden habían
llegado a la calle de la reconquista (…).
En ese paraje, Merlo
se detiene y les dice: Es por aquí donde la ballenera debe atracar. Las miradas
de todos se sumergieron en la oscuridad, buscando en el río la embarcación salvadora, mientras que merlo parecía que la
buscaba en tierra, porque su vista se dirigía a las barrancas, y no a las aguas donde estaba clavada la de los
prófugos.----No está----dijo Merlo----; no está aquí. Es necesario caminar algo
más. La comitiva le siguió, en efecto;
pero no llevaba dos minutos de marcha, cuando el coronel Lynch, que iba
en pos de Merlo, divisó un gran bulto a treinta o cuarenta varas de distancia, en la misma dirección que
llevaban; y en el momento en que se devolvía
a comunicárselo a sus compañeros, un ¡quién vive! Interrumpió el
silencio de aquellas soledades, llevando un repentino pavor al ánimo de todos. ----No respondan; yo
voy a adelantarme un poco a ver si distingo el número de hombres que hay---dijo
Merlo (…)
Un ruido confuso y
terrible respondió inmediatamente a
aquella señal: el ruido de una estrepitosa
carga de caballería, dada por cincuenta jinetes, que en dos segundos
cayeron como un torrente sobre los
desgraciados prófugos.
El coronel Lynch
apenas tuvo tiempo para sacar de su bolsillo
una de las pistolas que llevaba, y, antes de poder hacer fuego, rodó por la tierra al empuje violento de un caballo.
Maisson y
Oliden pueden disparar un tiro de
pistola cada uno, pero caen también como el coronel Lynch. Riglos opone la punta de un puñal al pecho del caballo que lo atropella, pero rueda
también a su empuje irresistible, y caballo y jinete caen sobre él.
Este último se
levanta al instante, y su cuchillo, hundiéndose en el pecho de Riglos, hace de
este infeliz la primera víctima de aquella noche aciaga. Lynch, Maisson, Oliden, rodando por el suelo, ensangrentados y
aturdidos bajo las herraduras de los caballos, se sienten pronto asir por los
caballos, y que el filo del cuchillo
busca la garganta de cada uno. El cuchillo mutila las manos, los dedos
caen, el cuello es abierto a grandes tajos; y en los borbollones de la
sangre se escapa el alma de las
víctimas a pedir a Dios la justicia debido a su martirio.
Y, entretanto que los asesinos se desmontan y se
apiñan alrededor de los cadáveres para robarles alhajas y dinero, entretanto, a cien pasos se
encuentra un pequeño grupo de hombres que, cual un solo cuerpo expansivamente
elástico, tomaba, en cada segundo de
tiempo, formas, extensión y proporciones
diferentes: Era Eduardo que se batía con cuatro de los asesinos.(…) Pero si había librándose del
choque de los caballos, no había evitado
ser visto, a pesar de la oscuridad de la
noche, que por momentos encubría la débil claridad de las estrellas. El muslo
de un jinete roza por su hombre
izquierdo; y ese hombre y otro más hacen
girar sus caballos con la prontitud del
pensamiento, y embisten, sable en mano, sobre Eduardo.
Este no ve, adivina,
puede decirse, la acción de los asesinos, y dando un salto hacia ellos, se
interpone entre los dos caballos, cubre su cabeza con su brazo izquierdo
envuelto entre el colchón que le formaba la capa, y hunde su espada
hasta la guarnición en el pecho del
hombre que tiene a su derecha.(…)----¡Bárbaros----dice Eduardo-----, no
conseguiréis llevarle mi cabeza a
vuestro amo, sin haber hecho antes
pedazos mi cuerpo! (…)
Los dos asesinos que
peleaban aún, se precipitaron sobre él. ----¡Aún estoy vivo!----grita Eduardo
con voz nervioso y sonoro (…).
Eduardo se incorpora
un poco; y tomando la espada con la mano
izquierda, quiere todavía sostener su desigual combate. Aún en ese estado, los
asesinos se le aproximan con recelo. Uno de ellos se acerca a los pies de Eduardo
y descarga un sablazo sobre su músculo izquierdo. La impresión del golpe le inspira
un último esfuerzo para incorporarse; pero a ese tiempo la mano del otro asesino le toma de los cabellos, da
con su cabeza en tierra, e inca sobre su pecho una rodilla.
----¡Ya estás,
unitario, ya está agarrado!----Le dice,
y, volviéndose al otro que se había abrazado a los pies de Eduardo, le pide su cuchillo para
degollarlo. Aquél se lo pasa al momento.
Eduardo hace esfuerzos todavía para
desasirse de las manos que lo oprimen;
pero esos esfuerzos no sirven sino para hacerle
perder por sus heridas la poca
sangre que le quedaba en sus venas.
Un relámpago de risa
feroz, infernal, ilumina la fisonomía del bandido cuando empuña el cuchillo que
le da su compañero y tirando con su mano
izquierda de los cabellos de Eduardo,
casi exánime, lleva el cuchillo a la garganta del joven.
Pero, en el momento
en que su mano iba a hacer correr el cuchillo sobre el cuello, un golpe
se escucha, y el asesino cae de boca sobre el cuerpo del que iba a ser su víctima.
----¡A ti también te
irá tu parte!---dice la voz fuerte y tranquila de un hombre que se dirige con su brazo levantado hacia el último de los asesinos que estaba oprimiendo los
pies de Eduardo. El bandido se pone de pie, retrocede y toma repentinamente la
huida en dirección al río.
José Mármol (Adaptaciòn).
NOCTURNO (A ROSARIO)
¡Pues bien!, yo necesito decirte que
te adoro,
Decirte que te quiero con todo el
corazón;
Que es mucho lo que sufro, que es
mucho lo que lloro,
Que ya no puedo tanto, y al grito en
que te imploro
Te imploro y te hablo en nombre de mi
última ilusión.
II
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días
Estoy enfermo y pálido de tanto no dormir;
Que ya se han muerto todas las esperanzas
mías,
Que están mis noches negras, tan
negras y sombrías,
Que ya no sé ni donde se alzaba el
porvenir.
III
De noche, cuando pongo mis sienes en
la almohada
Y hacia otro mundo quiero mi espíritu
volver,
Camino mucho, mucho, y al fin de la
jornada
Las formas de mi madre se pierden en
la nada
Y tú de nuevo vuelves en mi alma a
aparecer.
IV
Comprendo que tus besos jamás han de
ser míos,
Comprendo que en tus ojos no me he de
ver jamás;
Y te amo, y en mis locos y ardientes
desvaríos
Bendigo tus desdenes, adoro tus
desvíos,
Y en vez de amarte menos te quiero
mucho más.
V
A veces pienso en darte mi eterna
despedida,
Borrarte en mis recuerdos y hundirte
en mi pasión;
Mas si es en vano todo y el alma no te olvida,
¿Qué quieres que yo haga, pedazo de mi
vida,
Qué quieres tú que ya haga con este corazón?
VI
Y luego que ya estaba concluido tu
santuario,
Tu lámpara encendida, tu velo en el
altar;
El sol de la mañana detrás del
campanario,
Chispeando las antorchas, humeando el
incensario,
¡Y abierta allá a lo lejos la puerta
del hogar…!
VII
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo
aquel techo,
Los dos unidos siempre y amándonos los
dos;
Tú siempre enamorada, yo siempre
satisfecho,
Y en medio de nosotros, mi madre como
Dios!.
VIII
¡Figúrate qué hermosas las horas de esta vida!
¡Qué dulce y bello el viaje por una
tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa
prometida,
Y al delirar en eso con el alma
estremecida,
Pensaba yo en ser bueno, por ti, no
más por ti.
IX
¡Bien sabe Dios que ese era mi más
hermoso sueño,
Mi afán y mi esperanza, mi dicha y mi
placer;
Bien sabe Dios que en nada cifraba yo mi empeño,
Sino
en amarte mucho bajo el hogar risueño
Que me envolvió en sus besos cuando me vio nacer!
X
Esa era mi esperanza… mas ya que sus
fulgores
Se oponen al hondo abismo que existe entre los dos,
¡Adiós por última vez, amor de mis
amores;
La luz de mis tinieblas, la esencia de
mis flores;
Mi lira de poeta, mi juventud, adiós!
Manuel Acuña.
NTERPRETACIÓN TEXTUAL
1. Relaciona cada palabra con la
definición que corresponda
PALABRA
|
DEFINICIÓN
|
Exánime
|
Barco destinado a la pesca de
ballenas
|
Borbollones
|
Policía secreta que defendía al gobierno del dictador Rosas
|
Mazorca
|
Tomar, agarrar.
|
Ballenera
|
En cantidad y violentamente.
|
Asir
|
Inanimado, muerto
|
- Consulta
en un diccionario el significado de las siguientes palabras: Zaguán-
acera- tenue- proscrito- estrepitoso
- Redacta
un texto en el cual utilices de
manera adecuada estas palabras.
2. En la siguiente expresión. Es por
aquí donde la ballenera debe atracar, la palabra subrayada significa:
a.
Asaltar b. Hartar c. Agredir d. Arrimar.
3. Explica el significado de la
palabra subrayada en la siguiente expresión:
…Y hunde su espada hasta la guarnición en el pecho del
hombre que tiene a su derecha
4. En la siguiente oración: En pos de él caminaba el joven Eduardo
Belgrano, el término subrayado significa:
a.
Delante b.
Atrás c. Al lado d. A distancia.
5. El plan de Merlo y sus compañeros era:
a. Escapar del coronel Lynch b. Huir de la patria c.
Asesinar al coronel Lynch d.
Asesinar al dictador.
Porque:
a. No eran ciudadanos argentinos b. Defendían la dictadura c. Habían sido proscritos por la
dictadura d. Se unieron a los
balleneros
6. De acuerdo con el fragmento de la
obra, se puede afirmar que los proscritos eran:
a. Los de la Mazorca b. Todos los ciudadanos c. Los unitarios d. Los amigos de Merlo.
A.
Plan b. Dificultades c. Consecuencias
8. En el relato aparecen seis hombres
en una pequeña casa. Cuatro de ellos mueren y dos conservan la vida, señala con
una X, cuales mueren y con una Y, cuales
se salvan.
___Juan Merlo ___Olidén ____Riglos ___Maisson ___Francisco Lynch
___Eduardo Belgrano
9. Señala dos características físicas
y dos sicológicas de cada
personaje
Juan Merlo. Francisco
Lynch, Eduardo Belgrano
10. Después de haber leído el texto,
se puede inferir que Eduardo y sus amigos fueron sorprendidos por la Mazorca porque:
___ Tenían mala suerte ____ Era de noche ____ Fueron traicionados ____ La ballenera no llegó
DESARROLLA LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES
CON BASE EN EL TEXTO NOCTURNO DE MANUEL ACUÑA.
11. Del nocturno escriba: Las
ilusiones del poeta --- Frustraciones --- las consecuencias --- La alternativa
final
12. Teniendo en cuenta el contexto del
poema, explica el significado de los siguientes versos:
- Y te amo,
y en mis locos y ardientes desvaríos
- A veces
pienso en darte mi eterna despedida
- ¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida!
13. Haz una comparación entre el amor que siente el poeta por la madre, y el que siente por Rosario.
LA MADRE
|
ROSARIO
|
|
|
14. Si se tiene en cuenta el contenido
de las estrofas IV y X, se puede afirmar que la amargura del poeta está motivada por
____ Su inseguridad ____ El desamor _____ Los celos ____La muerte de Rosario ___- La inspiración ___ Otro
eche porque no las colocaron resueltas
ResponderEliminarSi q monda 😭
Eliminarsi pongan las respuestas en que nos ayuda ver otra vez las preguntas nosotros necesitamos las respuestas no el taller.
ResponderEliminarbueno pongan el taller pero con las respuestas sean mas inteligentes
si pongan las respuestas en que nos ayuda ver otra vez las preguntas nosotros necesitamos las respuestas no el taller.
ResponderEliminarbueno pongan el taller pero con las respuestas sean mas inteligentes
POR FAVOR, LO QUE BUSCO SON LAS RESPUESTAS, CON EL TALLER YA ME JODIO EL PROFESOR
ResponderEliminarPOR FAVOR, LO QUE BUSCO SON LAS RESPUESTAS, CON EL TALLER YA ME JODIO EL PROFESOR
ResponderEliminarhttp://www.buenastareas.com/ensayos/Interpretaccion-Textual/54161273.html
ResponderEliminarAQUI LAS ENCONTRE... GRACIAS
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminarno te dicen las respuestas de todo
Eliminarpero cuesta
ResponderEliminarya t
Eliminarayuda alguien ya tiene las respuestas
ResponderEliminaroigan por favor las respuestas
ResponderEliminarhttps://lucecitarumbera.blogspot.com/logout?d=https://www.blogger.com/logout-redirect.g?blogID%3D7606929511520281145%26postID%3D3615719308095347176
alguien sabe las respuestas
ResponderEliminarel taller ya lo tenemos ayuden
ResponderEliminar